lunes, 25 de marzo de 2013

“LA RACIONALIDAD Y EL SENTIMENTALISMO PUEDEN ESTAR DE LA MANO EN EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS”


“LA RACIONALIDAD  Y  EL SENTIMENTALISMO PUEDEN ESTAR DE LA MANO EN EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS”

La razón es la facultad de los seres humanos de pensar, reflexionar y conocer; por tal motivo no podemos renunciar a ella. La cuestión es rescatar el significado inicial de este concepto, es decir tener conciencia de las cosas como deben ser, con conocimiento de causa, indagar el porqué, las causas y sus efectos. El problema es que hoy en día se ha desdibujado ese concepto dándole un matiz de racionalidad instrumental, tecnológica; es “racional” lo que permite el avance de las ciencias, de la tecnología; dejando a un lado conceptos propios de la razón en su sentido inicial como la justicia, la amistad, la virtud, la belleza, entre otros, tratados por citar un caso en los Diálogos de Platón escenificando inteligentemente el pensar de Sócrates quien buscaba la verdad a través de un diálogo que partía del reconocimiento de nuestra ignorancia.  Esa ignorancia es la que orienta a los seres humanos hoy en día, queremos aferrarnos a nuestra verdad, a nuestros modelos de persona, no entendiendo que hay otros hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos, ancianas que tienen diferencias  que obedecen a otros contextos sociales, culturales,económicos, religiosos,políticos e ideológicos que hay que comprender, eso sí como seres racionales en el verdadero sentido de la palabra, no como los sofistas como en el caso de Calicles  quien concebía que lo justo era que gobernarán los más fuertes porque así lo establecía la “Ley natural” . Los seres más aptos, con mejores condiciones físicas e intelectuales deben imponerse sobre la multitud, en este caso considerados por él los más débiles.

A esta reflexión llega  Richard Rorty en su ensayo[1], cuando responde las preguntas: ¿Por qué el saber ha llegado a ser mucho menos importante para la imagen que tenemos de nosotros mismos que hace doscientos años? ¿Por qué el intento de fundar la cultura en la naturaleza, y la obligación moral en el conocimiento de universales transculturales, nos parece mucho menos importante de lo que parecía durante la Ilustración? ¿Por qué despierta tan poco eco, y tiene tan poco sentido, el preguntar si los seres humanos de hecho poseen los derechos enumerados en la
Declaración de Helsinki?  ¿Por qué, en resumen, la filosofía moral ha llegado a ser una parte tan poco conspicua de nuestra cultura? A lo cual el pensador responde que entre la época de Kant y la nuestra Darwin logró convencer a la mayoría de los intelectuales de que dejaran de creer que los seres humanos poseían un componente especial adicional. Convenció a la mayoría de nosotros de que somos animales excepcionalmente talentosos, animales lo suficientemente hábiles  como para encargarnos de nuestra propia evolución futura.

Desde este contexto podemos analizar porque miramos actualmente debajo el hombro lo que tiene que ver con los Derechos Humanos, no valoramos como debe ser la filosofía moral, que en sí permitiría que tomemos conciencia de la moral, de los principios o ideales que nos motivan a actuar correctamente como verdaderos seres humanos. Se privilegia a aquellas personas que se destacan por sus grandes capacidades intelectuales, físicas, económicas…Si esos son los valores que poseemos para considerar o respetar al prójimo.

Por tal motivo, los  Derechos Humanos no deben ser considerados como las exigencias que cada individuo de una sociedad puede hacer porque la Constitución Política de su país lo consagra o porque hay una legislación internacional  que lo ampara  como ser humano. Los Derechos Humanos deben ser  el reconocimiento que cada persona debe tener de su prójimo como un ser  digno, es decir que tiene un valor inalienable, que merece respeto ante la ley civil y moral. Aquí

Podemos hacer alusión a Kant, en cuanto a actuar con respecto al otro de tal manera que me gustaría que actuaran conmigo, que lo que hago a los demás sea una ley universal respetada por todo el mundo; pero no para imponer mis ideales sino para llegar a un trato que sea de reconocimiento universal dentro del marco de lo justo.

Hay que tener en cuenta que este imperativo moral no debe ser tomado exclusivamente desde un sentido meramente racional, también podemos reconocer lo importante que es dar relevancia a los sentimientos, pues sin estos no podemos hablar de humanización. Los ejemplos de cómo los bosnios trataban a los musulmanes por considerarlos inferiores es una clara muestra que la razón sin sentimientos es ciega. Los campos de concentración Nazis estaban llenos de Profesionales: médicos, técnicos, tecnólogos, científicos, químicos, físicos  formados en las mejores escuelas pero cometían crímenes contra el prójimo que denotaban la monstruosidad a la que podemos llegar seres como nosotros que somos considerados superiores, racionales, cultos e intelectuales.

Por tal motivo se puede llegar a la conclusión que sólo pueden respetarse los derechos de nuestro prójimo cuando actuamos racionalmente pero en el sentido como los pensadores antiguos concebían la razón como la capacidad de pensar, reflexionar, reconocer las cosas como deben ser, lo cual no se ve hoy en día porque estamos como decía MARCUSE en su obra: One Unidimensinal Man (El Hombre Unidimensional) mirando desde una sola dimensión una racionalidad instrumental, tecnológica de coste beneficio que sólo percibe el “Progreso” es decir, la máxima producción, el mayor número de inventos, el incremento de los aparatos tecnológicos, en fin el alto desarrollo de la ciencia. No se quiere decir que la actitud sea de desear un estancamiento del desarrollo científico, sino que está parta a su vez de la conciencia colectiva del uso adecuado del conocimiento con fines pacíficos, benéficos  al servicio de la Humanidad, no de la guerra o la degradación de los pueblos como está sucediendo en muchos países. Por ejemplo aunque Colombia es un país subdesarrollado vemos como usaban algunos químicos para la fumigación de cultivos ilícitos que afectaron la fauna y la flora y actualmente el gobierno y una institución como la policía están demandados a reponer este gran daño. No  olvidemos nuestro conflicto armado en el cual han muerto y han sido desplazados muchos inocentes con el uso de tecnologías y conocimientos empleados bélicamente.

Desde este contexto hay que pensar en una educación que apunte a lo racional desde su esencia, sin restarle méritos a los sentimientos, porque la formación del hombre debe ser integral, humanizante, desde la óptica de educarnos para convivir en paz, reconociendo que todos somos personas que aunque tengamos diferencias determinadas por el medio socio económico o socio cultural compartimos un marco legal que nos hace igual ante la ley. Esa es la racionalidad que debemos rescatar; hablar de bioética, tecno ética, tolerancia, respeto, amor, solidaridad, para construir una humanidad verdaderamente racional, justa y en paz.


Ensayo presentado por:
EDUARDO DÍAZ MENDRALES























[1] RORTY, Richard. Derechos Humanos, Racionalidad y Sentimentalismo. Tomado de The Yale Review, volúmen 81, número 4, octubre de 1993, p. 1-20. Traducción: Anthony
Sampson. Publicado originalmente en Praxis Filosófica Etica y Política, número 5 de octubre de 1995,
Departamento de Filosofía, Universidad del Valle, Cali.

1 comentario:

  1. Este ensayo fue elaborado por mi hermano, quien a pesar de estar estudiando una carrera tecnológica, está asumiendo una actitud tecno ética.

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