Desde que Dalmiro Rodríguez se vinculó a la propuesta pedagógica: Pensar,¿para qué? Tuve el presentimiento de que avanzaría significativamente en su proceso de aprendizaje. Ayer fue trascendente en la sesión del seminario verlo motivado retandome: "profesor hoy lo evaluaré a usted". Con gusto le respondí. Él mismo diseñó varias pregu tas que exigían procesos de pensamiento lógico de las cuales no acerté. Esa es la actitud. El maestro no debe condicionar las clases, ni mucho menos llevar respuestas. En este sentido me identifico con la siguiente reflexión:
Yo no enseño mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender.
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