¿Qué Conocimientos se adquieren
mediante La Psicología y la Sociología?
La
sociología, tal como su nombre lo indica, es aquella ciencia que se ocupa del
estudio de la sociedad. Para efectos del estudio de la sociología, se considera
en sus modelos que la sociedad está constituida por un gran conjunto de
estructuras y relaciones, la que pueden ser de orden social, político,
económico y cultural.
Quien
se ocupa de llevar a cabo los estudios concernientes a la sociología es el
sociólogo, un profesional que, a través de esta disciplina, muestra un gran
interés por los problemas y conflictos sociales, tanto a nivel nacional como
mundial, analizándolos con un espíritu crítico en todas sus esferas y
contextos. Como vemos, la sociología se ocupa del estudio de las diferentes
sociedades, junto a todas sus transformaciones y procesos, utilizando y creando
teorías propias para su adecuada comprensión. Además, se trata de aquella
disciplina que se ocupa de encontrar las técnicas y métodos que resultan más
eficaces y adecuados para acceder a dichos contextos, y de este modo, poder in
A través de la sociología es posible explorar, interpretar y explicar la
realidad social. Al obtener estos conocimientos los sociólogos pueden aportar la
información relevada y así proponer diferentes opciones que permitan intervenir
y realizar mejoras en la realidad de los diferentes grupos sociales, así como
también en las diferentes organizaciones que la componen. Por otra parte, el
aporte de la sociología permite mejorar las políticas públicas y sociales
propuestas por los gobiernos y las instituciones privadas y estatales.
Un
sociólogo activo participa de la elaboración y ejecución de proyectos de
desarrollo social, así como también realiza análisis y diagnósticos de la
realidad de los diferentes grupos sociales, aportando todos estos conocimientos
en los más diversos ámbitos, como la política, la educación, la salud, el medio
ambiente, el turismo, los movimientos sociales, entre otros, constituyéndose como
un importante actor social, capaz de aportar la información y los conocimientos
que nos pueden llevar a mejorar en gran medida nuestra realidad social.
Pese a las grandes
transformaciones del mundo contemporáneo, de los progresos científicos y
tecnológicos que generan a su vez un nuevo sistema de vida, la familia sigue
siendo el hábitat natural del hombre. En su seno no solo viene al mundo,
inaugura sus emociones y sentimientos, descubre un aspecto de la existencia,
sino también continúa viviendo y busca su felicidad y bienestar. De igual
manera, la posibilidad de bienestar de la familia está íntimamente ligada y
condicionada por el desarrollo y equilibrio de la sociedad.
La familia como red social
primaria es esencial en cualquier etapa de la vida; es el primer recurso y el
último refugio en la vida del hombre. Ella como grupo de intermediación entre
el individuo y la sociedad, constituye un determinante importante no solo para
realizar una investigación de familia o de orientación familiar, sino para cualquier
análisis de edad.
El ser humano hace valiosa y
significativa su vida cuando desarrolla todas sus aptitudes y satisface sus más
altas necesidades, y para lograr este anhelo, esta aspiración vital, debe
realizarse en la familia, en el trabajo y en la sociedad.
La familia como objeto de
investigación, no es una categoría abstracta sino histórica, su vida y sus
formas está condicionada por el régimen económico social imperante y por el
carácter de las relaciones sociales en su conjunto. Por esta razón se hace
patente en nuestros días una preocupación cada vez más creciente por investigar
las mutuas interacciones entre familia y sociedad, y configurar programas de
acción acordes a cada disciplina de las ciencias sociales, a fin de hacer
posible un desarrollo más integral y armónico de la familia.
Es imprescindible por tanto,
para las organizaciones sociales en su conjunto, reconocer que todo lo que
sucede en la familia repercute a un nivel más amplio, trasciende su ambiente
particular para influir en la sociedad en su conjunto.
Mediante el proceso de socialización, la sociedad busca encaminarnos al
camino "correcto". Los alejamientos o desviaciones de ese camino,
deben, por lo tanto, estar previstos por la sociedad o el grupo y, por
supuesto, deben estar sancionados. Estas previsiones y soluciones componen
también el proceso de socialización, de forma tal, que al igual que las normas,
forman parte de nuestros pensamientos. Hemos asumido, hemos interiorizado, las
pautas sociales (ésto, por supuesto, en la gran mayoría).Según la teoría de la
interacción simbólica, el control social depende de la capacidad del hombre
para ser objeto a sus propios ojos y para asumir el papel del otro. Esta
interacción propia y esta empatía hacen que el control social sea, esencialmente una cuestión de dominio de si mismo.
Debido a que la persona "asume el papel del otro", sabe lo que se espera de él. Al ser un "objeto de sus propios ojos" y capaz de interacción propia, puede detenerse y reflexionar, imaginar las probables reacciones de los otros a sus posibles acciones, reprimir sus impulsos y orientar su conducta. Obra para defender y realzar la propia imagen que ha sido formada en la interacción social. En la madurez, su conciencia incorpora para el otro generalizado como una serie de principios, y de este modo empeña su propia imagen. Las sanciones internas han reemplazado al temor de ser castigado por haber violado los tabúes o normas de la sociedad. "Las experiencias de temor, la prohibición y los imperativos dejan paso a las preferencias, el respeto a si mismo y la obligación moral" (Allport).
Debido a que la persona "asume el papel del otro", sabe lo que se espera de él. Al ser un "objeto de sus propios ojos" y capaz de interacción propia, puede detenerse y reflexionar, imaginar las probables reacciones de los otros a sus posibles acciones, reprimir sus impulsos y orientar su conducta. Obra para defender y realzar la propia imagen que ha sido formada en la interacción social. En la madurez, su conciencia incorpora para el otro generalizado como una serie de principios, y de este modo empeña su propia imagen. Las sanciones internas han reemplazado al temor de ser castigado por haber violado los tabúes o normas de la sociedad. "Las experiencias de temor, la prohibición y los imperativos dejan paso a las preferencias, el respeto a si mismo y la obligación moral" (Allport).
El control social como dominio de sí mismo significa que "el
individuo es lo que es, una personalidad consiente o individual, envuelta, en
la medida en que se es miembro de la sociedad. En el proceso de la experiencia
y la actividad y, por ello, con una conducta socialmente controlada"
(Mead).
Desde el punto de vista del grupo: Sabemos que un grupo está formado por
un conjunto de personas que tienen fines o metas comunes, etc., pero, para este
tema, dos de sus características son fundamentales ahora: tiene o establece
normas para sus integrantes, normas sancionadas, y es selectiva. Todo grupo
tiende a su perpetuación, a mantenerse a través del tiempo y las personas. Es
por ello que escoge a sus componentes (siempre que sea posible) y trata de
amoldarlos a sus exigencias. Para lo cual establece normas o pautas de conducta
que en caso de ser voladas acarrean una sanción más o menos grave (puede
constituir en la expulsión del grupo). Podemos decir, entonces, que el control
social del grupo se realiza por medio de la enseñanza de esas normas y por la
aplicación de las sanciones correspondientes. Todo ello constituye la cultura:
es el conjunto trabado u organizado, más o menos formalizado, de maneras de
pensar, sentir, y obrar que son aprendidas y compartidas por una pluralidad de
personas, sirven de modo objetivo y simbólico a la vez para constituir a esas
personas en una colectividad particular y diferente.
Yarleis Julio Herrera. Septiembre 17 de 2013
11-03
Escrito para el profesor Rodolfo Rodríguez Mendrales.
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