jueves, 26 de marzo de 2020
La estrategia pedagógica Pensar, ¿para qué? establece una transversalidad pedagógica con todas las Áreas del saber y la memoria identitaria que permite construir un pensamiento sólido, gracias al conocimiento que se fundamenta en el psicoanálisis de nuestras raices, del entorno de donde venimos. El río lleva un cauce...El mar lleva y trae...Pero, lo importante es nuestra visión, nuestro propósito...
En conversatorio con el señor William González Hernández y mi amigo profesor de matématicas de mi hija Yanelsy María Rodríguez Puentes cuando era niña el Lic. Jesús de los Reyes Oliva Díaz decidimos emprender un proyecto de lectura y escritura significativa y contextualizada, enmarcada en el costumbrismo con centros literarios del libro: ¿Quién soy? LA BASURA ¡tiene su lugar! Con este texto de la autoría de mi amigo JESÚS DE LOS REYES OLIVA DÍAZ vamos a invitar a las personas a convertirse en unos verdaderos dolientes del medio ambiente; con el propósito de darles a los residuos sólidos o desperdicios un destino adecuado, para que el entorno no se vea extremamente afectado por los procedimientos inconscientes del ingenio y de la mano del hombre, debido a que cada día se está consumiendo aún más en un laberinto sin salida; donde los caminos de dicho laberinto, están cubiertos por una alfombra de una "irreversible polución ambiental".
Es interesante traer en lo que sigue la razón de ser del libro, el porque el autor lo hizo...Teniendo en cuenta que estaba experimentando en su lecho de enfermo una tribulación, y en la soledad de su enfermedad, Dios lo escogió como instrumento de intersección en el proceso divino para que edificara su obra; dándole una luz de entendimiento; traducida en talento intrínseco en su pensamiento de pintar con palabras, situaciones de la vida cotidiana, y estando en la terraza de la casa, donde vive actualmente y soportando un intenso dolor que caracterizaba su enfermedad; observaba como los residuos sólidos se estaban apoderando de la superficie (reflexión matemática) de la calle frente a la casa donde vive actualmente, porque estaba imposibilitado de poder seguir realizando la limpieza todas las mañanas como lo venía haciendo anteriormente, y llegaban al lugar los roedores llamados ratas para degustar un exquisito plato de desperdicios que estos animalitos degustaban. Y como Dios tocó el corazón y la mente del autor, mediante un llamado espiritual, que en ningún momento renegó el propósito que tenía el todo poderoso trazado para con él, desde antes de su nacimiento, porque es consciente que Dios es el "Alfarero por excelencia" de su vida.
Esta es una obra literaria escrita a manera de anécdotas de la vida, que enriquecen aún más el contenido de las lecturas, porque son historias contextualizadas narradas con un realismo mágico e imaginario literalmente hablando.
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