Mi estudiante Osvaldo Zabala es amante de la música y a través de ella expresa en cada clase su pensamiento. Él es un adolescente de fe, predica día a día la palabra de Dios. Admiro su disciplina, trabajo y entusiasmo en cada clase, siempre reflexionando inspirado en las notas musicales y melodías que lo motivan a filosofar, es decir, vivir a plenitud la vida.
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